Por José Bonilla
En el corazón del camino Quebrada Verde de Playa Ancha se encuentra la antigua plaza Bilbao, es un terreno plano en medio de un empinado camino lleno de curvas. Cecilia Molina residente del sector hace más de 50 años nos relata la historia de este lugar y sus cambios con el paso del tiempo
«Esos terrenos donde se encuentra la plaza, fueron donados por don José Francisco Bilbao, en un comienzo esa plaza era sólo un espacio vacío, pero con el paso de los años se trajo distintas especies de árboles entre ellas el olivo y plantas ornamentales. Sin duda todas estas mejoras no se habrían podido conseguir sin la junta de vecinos»
El padre de Cecilia fue presidente de esta junta de vecinos durante 3 periodos consecutivos, cuando llegaron al sector no existían más de 3 o 4 casas alrededor, realidad muy distinta a la actual.
«Los caminos eran de tierra en ese entonces, mi papá en conjunto con otros vecinos trabajaban a palo y rastrillo para dar forma a la huella, en esos años las pavimentaciones eran participativas y uno debía cooperar si quería tener calle. Para nosotros el pavimento era símbolo de acceso para las micros, el sector quedaría menos aislado y podríamos progresar»
¿Cómo era la relación con los vecinos en ese tiempo?
«Teníamos una fuerte organización, nos cooperábamos entre todos, cuando una persona se enfermaba, los vecinos que disponían de un vehículo lo compartían. Además esas mismas personas realizaban fletes con sus vehículos»
¿Cuál es la relación actual que existe con los vecinos?
«Es buena con los más antiguos, aunque la modernidad hizo que todos nos aisláramos en nuestras casas, yo me retire de la junta de vecinos cuando murió mi padre»
¿Cuáles son las necesidades actuales del barrio, y como se organizan?
«La junta de vecinos aún funciona, pero yo no tengo relación con ellos. A mi parecer hace falta mayores espacios de áreas verdes, a medida que se fue construyendo el barrio, olvidaron dejar espacios para esto»
¿Qué sueños tiene para su barrio?
«Me encantaría que llegará gente joven con ideas innovadoras, generar más áreas verdes y terminar el mirador que está frente de mi casa, y que se convirtió en una deuda histórica con el municipio y obviamente recuperar el espacio organizativo que tenían los vecinos en ese entonces, recuerdo que mi papá se conseguía carpas y hacían malones en el patio de la casa, esos sin duda eran buenos tiempos»