Personajes Playanchinos es la misión que me convoca, me complica en primera instancia pero luego recuerdo que todos tenemos algo que contar sobre nuestras vidas, todos somos un personaje digno de relatar nuestra historia o la de un tercero que nos haya tocado conocer.
Me encuentro en el patio de artes de la Upla, un lugar inspirador. Reviso mi agenda y me dispongo a caminar sin rumbo cerro arriba, con la esperanza de encontrar a alguien que quiera conversar y contarme un pedacito de su historia.
Me despido de mis amigos y ellos me preguntan hacia donde voy, les digo que no sé exactamente y les explico un poco de lo que tengo en mente. Me dicen “fácil! entrevista al caballero que presta las pelotas en el gimnasio de la Upla y así no caminas tanto, él debe tener hartas historias de acá, las cacha todas si está todo el día allí”. Me parece interesante pero no es lo que estoy buscando en esta oportunidad.
Otro amigo nombra al tío que entrena en el Alejo Barrios, todos hacen énfasis en que debería hablar con él, ¿por qué? – les pregunto, me causa curiosidad que todos demuestren especial interés. – Me cuentan que es un caballero de edad se nota que tiene pasado los 80 años, pelo canoso y largo, siempre está entrenando ahí y cómo ellos estudian educación física, van seguido al Alejo y todos lo han visto ejercitar.
Les pregunto por qué según ellos “el tío” debería ser el personaje de mi nota, me dicen que fácil, es un hombre de edad que entrena arduamente y que corre en maratones nacionales e internacionales por lo que han escuchado. Pero más que eso es un ejemplo a seguir, todos deberíamos preocuparnos de hacer actividad física, es muy importante para la salud, y a su edad es mucho más valioso.
Me voy ansiosa de poder encontrarlo, probablemente es una persona bastante reconocida, pero yo nunca había oído hablar de él. Llego al Alejo Barrios, hay unos chicos jugando a la pelota, y otras personas sentadas cerca de la entrada, definitivamente no está aquí, me acerco a los camarines y me encuentro con un hombre que trabaja en el lugar, en ese momento me doy cuenta que ni siquiera sé el nombre de quien busco.
Me acerco de todas formas y le pregunto por un caballero que me dijeron entrenaba ahí, sé que es de edad pero no sé su nombre. Bruno Bernal, me responde rápidamente, pregunto qué días y a qué hora lo puedo encontrar, me dice que ya no entrena hace un par de meses porque estuvo muy enfermo.
En ese momento me quedo en blanco, tenía muchas ganas de poder hablar con él y conocer un poco de su vida y porqué entrena, saber algún detalle que nunca antes haya contado a alguien, o simplemente conocerlo. Me voy desanimada y sin ganas de entrevistar a otra persona.
De repente pienso; por qué no escribir de todas formas sobre él, del tío que entrenaba, de Bruno Bernal el corredor de maratones que entrena en el Alejo Barrios, un hombre que es y fue inspiración para tantos jóvenes que lo vieron correr.
Bruno Bernal. Busco su nombre en Internet y me sale toda su información, pero esto no es lo que quiero rescatar. Sino el hecho de que es un personaje porque vive en el inconsciente colectivo, un hombre que es reconocido no por haber sido el número uno en algo, sino por su pasión con el deporte y la motivación que representa para los jóvenes que han tenido la oportunidad de verlo entrenar.