Han visto cómo se ve la Plaza Waddington en el último tiempo, desde que nos encontramos confinados por la pandemia. Está limpia, sin residuos, verde, se ve más resplandeciente que nunca. Y porqué debemos preguntarnos, cómo se explica este cambio, que necesita la plaza y otros espacios públicos, parques, plazas, etc. para estar en buenas condiciones y cumplir el objetivo para el cual fueron creadas: ser un lugar de esparcimiento para el ser humano, para desarrollar distintas actividades necesarias como la recreación, el deporte, la simple conversación, compartir en familia, o desarrollar una actividad comunitaria, de diálogo, de arte, de música, etc. Necesita los cuidados de las personas que hacemos uso de esos espacios, de las instituciones encargadas de ciertas funciones (aseo y ornato) y de la naturaleza (los árboles y el pasto necesitan agua y sol, y ojalá no se requiriera regar por el problema de la escasez hídrica). Todos estos actores involucrados tienen un rol importante que cumplir.
Si vamos hoy veremos cómo la naturaleza ha hecho su pega de la mejor manera, el verde del pasto después de la lluvia es único y nos recuerda los paisajes del sur, maravillosos, prístinos. También se están cumpliendo las tareas de aseo desde las instituciones. Con ambos roles cumplidos hemos logrado tener una plaza en mejores condiciones. Esto nos debería llevar a pensar que estamos en deuda como usuarios de nuestro rol como simples ciudadanos en el cuidado de nuestros espacios públicos para nuestro propio uso y esparcimiento. Cómo no cuidarlos entonces, cómo no proteger esos espacios que nos permiten darnos una pausa en el quehacer, que nos dan la posibilidad de disfrutar de una conversación con vecinos, de juntarnos intergeneracionalmente con otros que construye barrio desde su quehacer específico.
Estos tiempos de pandemia nos entregan la posibilidad de tener más tiempo para pensar, detenernos y reflexionar. El cambio climático ya no es una amenaza, ya nos está mostrando sus consecuencias hace rato, pero no es un fenómeno externo, todo lo que sucede tiene que ver con nuestro quehacer, estamos dejando una huella en cada decisión que tomamos, y si no somos consciencia de ello, podemos seguir afectando en forma negativa nuestro entorno.
Creo que todos extrañamos disfrutar más de la Plaza y queremos volver pronto a ocupar dicho espacio. Esperamos que cuando lo hagamos, lo hagamos en forma más responsable y aportando para que cada día sea un mejor espacio para todos los vecinos. Tal vez nos podamos juntar y ver qué ideas se nos ocurre para contribuir a ello.