Fue el tercer transporte urbano de Sudamérica, precedido por el de Santiago y Río de Janeiro. Posteriormente reemplazados por los tranvías o “carros eléctricos” (hasta 1952) que, siguiendo por Altamirano, subían por Carvallo para circular, finalmente, por las avenidas Gran Bretaña y Playa Ancha incluyendo el Paseo 21 de Mayo.

En una prueba inicial, uno de los flamantes tranvías se había volcado. El fiasco ocurrió el 9 de enero de 1863, resuelto el problema el servicio se inauguró, oficialmente, el 4 de marzo siguiente con 25 tranvías tirados por caballos y adornados con banderas chilenas y guirnaldas que recorrieron la ciudad desde Barón hasta los antiguos almacenes de la Aduana.
Estos vagones con capacidad de hasta 40 pasajeros que se desplazaban por rieles tirados por dos o cuatro caballos eran llamados popularmente como “carros de sangre”.
Los tres kilómetros de rieles fueron instalados por un ingeniero norteamericano y los carros fueron construidos en Nueva York por la empresa John Stephenson & C. Eran de dos pisos, abajo primera clase y arriba, segunda.
El valor del pasaje, 5 centavos en primera clase y 2,5 en segunda, hubo fichas negras y coloradas de pasta, acuñadas expresamente para servir a los pasajeros. Permitió el transporte de unos 13 mil 800 pasajeros diariamente.
A posterior y tras lo rentable del negocio nacieron otras empresas de tranvías de sangre como el Ferrocarril Urbano de Playa Ancha (F.U.P.A.) de 1897 (Aduana – Torpederas) y la Empresa de Tranvías Cardonal-El Sauce (E.T.C.S.) en 1899 que hacia el recorrido hacia Viña del Mar.
El recorrido ida y vuelta Aduana – Torpederas demoraba alrededor de dos horas.
En 1902 el alza de los pasajes de los tranvías, en esos años aún tirados por caballos, provocó una airada protesta que culminó con la quema y destrucción de varios carros.
El 1 de septiembre de 1902 se abrieron en la Municipalidad las propuestas para los tranvías eléctricos que dejarían atrás al Ferrocarril Urbano de Valparaíso, con sus pobres caballos huasqueados tirando enormes carros con decenas de personas a bordo lo que sería imposible en nuestros tiempos.

Desde el 25 de diciembre de 1904 la empresa alemana Elektrische Strassenbahn Valparaíso dispuso de siete carros con segundo piso, “Imperial”, construidos en Colonia, Alemania, por la firma Van Der Zypen & Charlier.
La empresa tomó todos los servicios atendidos por el primitivo Ferrocarril Urbano y en 1906 extendió sus recorridos hasta Viña del Mar, hacia donde operaba con diez “carros salón” e igual número de segunda clase. Llegaban hasta Chorrillos. Para establecer el servicio se tuvo que construir una planta eléctrica en la cuesta Balmaceda de Laguna Verde.
El servicio eléctrico se inició el 26 de diciembre de 1904, facilitando de paso el alumbrado público y residencial. Estos primeros carros eléctricos llevaban de remolque a los viejos carros de tracción animal.

Los recorridos del tranvía, su depósito y el precio del pasaje en Playa Ancha quedó establecido el 25 de octubre de 1902, fecha en que la Municipalidad de Valparaíso entregó la concesión a la Compañía de Tranvías Eléctricos de Valparaíso.
Fue el 12 de enero de 1904 comenzaron a correr los tranvías de la línea Playa Ancha a Las Torpederas, donde cada dos carros pasaba uno a Las Torpederas, los otros sólo hasta El Membrillo. Desde el 18 de enero de 1904 comenzó el uso boletos en los carros de la línea Matadero Portales – Playa Ancha el que era revisado por un inspector.
A pesar de los destrozos ocasionados por el terremoto de 1906 se continuó habilitando nuevas líneas: una a Playa Ancha por calle Carvallo y otra al Cerro Barón, que disponían de un sistema especial para frenar en subida o bajada sobre las empinadas cuestas con varias secciones a las que se agregaba un tercer riel entre las vías.
“En los sitios en que había subida, se encontraban los “postillones” que enganchaban los carritos y en medio de gritos y una algazara general, los ayudaba a salvar el obstáculo, con gran contento de los pasajeros” (Luis Aguirre Echiburu)
En 1909 se inaugura el terminal Cementerio N.º 3.
El 2 de agosto de 1919 se entregaron tranvías construidos en Chile, supervisados por el ingeniero alemán Reissler: 28 carros de primera clase y 34 de segunda de dos pisos con plataforma de conducción totalmente cerrada.
Pero la empresa perdió impulso y ya no atendía las demandas del público ni la creciente extensión del Puerto y Viña del Mar lo que produjo un estallido social que liquidó la existencia de la empresa germana (marzo de 1920) al destruir unos 20 carros con pérdidas cercanas a un millón de pesos, fabulosa suma en la época. La flota fue traspasada a una firma española. Posteriormente hubo una sucesión de propietarios ingleses y norteamericanos.
Tras la furia urbana, a partir del jueves 11 de marzo, se montó un servicio improvisado de locomoción colectiva con primitivos buses, camiones, carretelas de cuatro ruedas llamadas “golondrinas” y carretas corrientes.
En los años 30 del siglo pasado los servicios de tranvías, los “carros», simplemente, tenían una extensa malla de 17 recorridos, desde Torpederas hasta Chorrillos. Había tres servicios locales en los cerros, combinados con ascensores: Barón, Santa Elena-Barrio O’Higgins y Playa Ancha.
Hacia 1945, los tranvías, opacados ya por los buses, pasaron a manos del Estado.
El último corrió en Valparaíso el 30 de diciembre de 1952. Era el 505, una máquina belga de los años 20 sometida a variadas remodelaciones. Se cerraba un capítulo de 89 años en la historia del transporte público porteño. A los ruidosos tranvías porteños, les sucedieron los silenciosos trolebuses al día siguiente.
Hasta 1965 corrió una línea de tranvías con un solo carro entre Matucana y el interior de San Pablo en Santiago.
Playa Ancha fue el único cerro que contó con su propia línea de tranvías eléctricos e incluso, en calle General del Canto N.º 473, frente al ex Hospital Naval, tuvo un depósito de este medio de transporte hasta fines de la década de 1940, siendo demolido hacia 1956 para ocupar los terrenos por los departamentos de Edificios Asiva.

Pero previa la construcción de los departamentos, la ETC uso el depósito para guardar los Mitsubishi Fuso, que pocos años después fueron trasladados a la explanada que quedaba, entre la avenida Playa Ancha y Gran Bretaña frente al bar La Sirena, en los terrenos que hoy ocupa la Universidad de Valparaíso y que antiguamente fue la Plaza La República.
LOS RECORRIDOS DE LOS TRANVÍAS EN PLAYA ANCHA
Línea N.º 6: Servicio con 3 carros motores cuya partida era desde la Aduana, cada 20 minutos, haciendo recorrido de Aduana a Cementerio, por Varas y Av. Altamirano, en 30 minutos; y de Cementerio a Aduana, por Av. Altamirano y Varas, en el mismo tiempo, con un recorrido total de 60 minutos.
Línea N.º 7: Servicio con 2 carros motores que parten de Aduana cada 20 minutos, haciendo el recorrido de Aduana a Parque, por Avenida Altamirano y subiendo por Carvallo llega al Parque donde hacían combinación con la línea 9 y 8 y, haciendo el camino inverso en el mismo tiempo, sumando un tiempo total de 40 minutos.
Línea N.º 8: Servicio con 2 carros motores, partiendo de Ascensor Artillería cada 10 minutos, el recorrido de Ascensor a Parque lo hacía por subida Artillería y Avenida Playa Ancha en 10 minutos, y de Parque a Ascensor, por Av. Playa Ancha, en 10 minutos con un recorrido total de 20 minutos.
Línea N.º 9 Servicio con tres carros motores, parten de Ascensor Artillería cada 10 minutos, haciendo el recorrido desde el Ascensor, por Camino Cintura (Av. Gran Bretaña) – Plaza Waddington – Regimiento Maipo – Parque en 10 minutos; y regresando, por la misma vía, en 10 minutos, lo que significada un recorrido total de 20 minutos.
En octubre 1915 se pensaba en una nueva línea que pasara por Quebrada Verde.
Algunos vecinos señalan que en Av. Playa Ancha con Quebrada Verde y en Plaza Waddington había sendos dobles vías para permitir el paso del tranvía que venía en sentido contrario.
“Los tranvías de Valparaíso fueron numerados hasta la línea 600”.
Allen Morrinson
Sólo había un par de rieles (vías de trocha de 1676 mm) como se observa en la huella cubierta por asfalto de la avenida Gran Bretaña (2016), ya que entre los años 2003 – 2012 se produjo el retiro de éstos, perdiéndose el último vestigio del paso de los tranvías por este cerro.
En el sector de la Aduana y el Mercado el Cardonal aún se observan estos rieles.
Fuentes:
“Los tranvías de Chile” Allen Morrinson
Diarios “La Unión”, “El Mercurio” y “La Estrella” de Valparaíso
Revistas: “Sucesos” y “Zig – Zag”
Felicitaciones don Hector,por la tremenda clase magistral de transporte de nuestro barrio Playa Ancha.gracias gracias gracias.