En el artículo sobre los Tranvías eléctricos de Playa Ancha señalé: “Para establecer el servicio se tuvo que construir una planta eléctrica en la cuesta Balmaceda de Laguna Verde” y, como toda historia debe ser completa, les dejo para su conocimiento la historia de esta planta eléctrica.
A principios del siglo XX, la ciudad de Valparaíso se encontraba en su máximo esplendor: aumento de su población e inversionistas extranjeros, un puerto en gran apogeo y proyectos urbanísticos tales como ascensores y tranvías eléctricos.
Sin embargo, la fuente energética con que se alimentaba – la Planta térmica Aldunate, instalada por la Empresa “The Chilean Electric Tramway and Light Co.” en calle Aldunate, pleno centro de Valparaíso hacia el año 1905 – era gradualmente más escasa para cubrir sus necesidades, por lo que, la Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad encomendó la construcción de una nueva planta generadora de energía para la ciudad puerto y sus áreas contiguas.
El proyecto fue encabezado por la Compañía de Tranvías Eléctricos de Valparaíso, la cual contrató al ingeniero húngaro José Lindacker para planificar y dirigir la construcción de la Central Eléctrica de El Sauce.
Precedida por la central Chivilingo en Lota (1897), se comienza a construir el año 1901 en Laguna Verde – sector El Sauce – la segunda hidroeléctrica del país, la primera de corriente alterna y alimentada por una fuente de agua artificial. De ahí que nace el Tranque La Luz, el cual hoy, el sector de Curauma disfruta y defiende en plenitud.
El Tranque La Luz –con nombre honorífico a su función, es un embalse artificial construido en 1907 por el mismo ingeniero constructor de la planta, con el objetivo de abastecerla de un flujo constante de agua. El Tranque La Luz fue antecedido por una presa de albañilería, construida con el propósito de acumular las aguas excedentes del lago Peñuelas y era usada como abastecimiento de agua potable para el consumo de la población de Valparaíso. Este rudimentario dique fue mejorado posteriormente –en 1907- por el ingeniero húngaro, para alimentar la planta en construcción.

El diseño de la central estuvo a cargo de la compañía suiza Escher Wyss & Co., líder del rubro a nivel mundial en ese entonces, quienes estamparon calidad y lujo en su arquitectura. Tenía una sala de máquinas de 320 metros cuadrados con baldosas blancas y negras de 15×15 cm, importadas desde Alemania y un panel de control con placas de mármol de 6 centímetros de espesor que contaba con una serie de relojes, aparatos de medición, lámparas e interruptores. Sus lujosas maquinarias, con bellas terminaciones de bronce, vidrio y acero inoxidable correspondían a tecnología de última generación para la época.

La planta generaba un total de 5 megawatts y su efectividad dependía del correcto funcionamiento de una serie de etapas. El agua almacenada en el Tranque La Luz era recolectada por las torres de captación, ubicadas a pocos metros de la represa y controladas por la familia Westerhout; luego atravesaba un túnel, en desnivel, de 1.200 metros de longitud; finalmente, el agua llegaba a la cámara de carga, desde donde era dirigida para hacer funcionar las ruedas Pelton de la central.
La familia Westerhout fueron los primeros funcionarios que trabajaron en la central que se mantuvo casi un siglo en actividad.
Terminada en 1905 la Hidroeléctrica El Sauce con el fin alimentar de electricidad a Valparaíso y, especialmente, a los tranvías de la ciudad, pero a pesar que éstos dejaron de funcionar en 1947 en Viña del Mar y 1952 en Valparaíso, la hidroeléctrica se mantuvo operativa hasta 1995.
En 1990, el terreno donde se encuentra el tranque La Luz y la Central El Sauce son vendidos a la Inmobiliaria Curauma S.A. Cinco años después, la inmobiliaria ordena el cierre definitivo de la planta aludiendo a que los gastos que producía no eran acordes al rendimiento que generaba. Luego de este hecho, la planta queda vulnerable ante las inclemencias del tiempo y del medioambiente.
La debacle comenzó cuando un aluvión del invierno de 1997, destruyó buena parte de su infraestructura lo que se continuó, al no existir ninguna medida de protección para este lugar, con su desmantelamiento producto de una serie de robos. El último intento de saqueo ocurrió en junio del 2012, cuando Carabineros detuvo a un grupo de delincuentes, que con equipos de oxicorte, intentaban llevarse lo poco que queda.
Los adoquines en la sala de máquinas están quebrados y desperdigados junto a vidrios rotos por el suelo. El techo y las ventanas del edificio dejaron de existir hace tiempo ya, manteniendo sólo las cuatro paredes hechas de ladrillos. El resto de los elementos dentro de la sala desaparecieron poco a poco, perdurando únicamente la estructura principal de las cuatro turbinas de la hidroeléctrica. Sin embargo, lo que se pudo sacar de ellas… también se robó.

Es un panorama triste, ya que por la falta de protección, se ha perdido gran parte de este patrimonio para siempre.
La Municipalidad de Valparaíso, a través de su Dirección de Gestión Patrimonial, pretende declararla como monumento histórico para evitar mayores daños a la propiedad (2013)
“Lamentablemente el daño ya está hecho (…) la central ha estado vulnerable por 20 años y recién ahora el municipio se da cuenta y trata de hacer algo, ahora hay que puro mirar pa’ delante y pensar en los proyectos que hay en torno a este patrimonio histórico de nuestro país”, afirma Pamela Fuentes, directora del Museo Histórico de Placilla.
Existe la idea de una Recuperación Parcial de ex Hidroeléctrica El Sauce, con el fin de ser utilizada por estudiantes de ingeniería de distintas universidades de nuestra región y sea conservada como museo por su notable valor que tuvo como desarrolladora de tecnologías en Valparaíso.
Llegar hoy a la hidroeléctrica no es tan fácil, hay que tomar el antiguo camino al sector de Laguna Verde, por la cuesta Balmaceda, hasta llegar a un pequeño portón que se encuentra cerrado con candado. De ahí, el camino es a pie por un camino de tierra que se extiende por alrededor de dos kilómetros.
Al final, entre los árboles y vegetación, se empiezan a ver los últimos vestigios de una obra que fue titánica para su época. Reminiscencias de un pasado venido abajo y prácticamente recuperado en su totalidad por la naturaleza y depredado por el hombre.
Fuentes:
Hidroeléctrica El Sauce: Un Patrimonio Olvidado. Museo Histórico de Placilla
Central Hidroeléctrica El Sauce: Innovación y Vanguardia para el Desarrollo Industrial y
Urbano de Valparaíso: Pamela Fuentes Pradenas
Conservación de ex hidroeléctrica El Sauce: comunidad.socialab.com
“Plan de Electrificación del País” Empresa Nacional de Electricidad SA pág. 105
Artículo de Francisco Rivera A.
Revista “Sucesos” 12 octubre 1906
Excelente articulo, mis felicitaciones…
Siento pena al ver el poco cuidado que existe en Valparaíso por el patrimonio.